viernes, 22 de enero de 2016

Quería decirte...

Que tu presencia ilumina mis días,
que tu sonrisa es más brillante que un millar de estrellas;
que éstas están cómodas en tus ojos y les dan ése brillo especial,
que irradias alegría...

Que, a pesar de estar cerca estás siempre lejos;
que al fin y al cabo, quizás seamos asíntotas
que siempre estarás un paso más lejos del que puedo dar,
pero que no por eso te dejaré de admirar...

Que no puedo evitar soñar,
que quizás, algún día,
podamos estar
tomados de las manos,
mirando hacia el mar.

Que quizás algún día encuentre el límite,
la línea impasable e invisible,
que me impide ser lo que deseas,
atrapándome en la misma escena.

Que todo esto ya lo sabías,
que igual sonríes al pasar,
que me miras con dulzura,
que encantas al hablar.

Que lograste opacar incluso la sonrisa más brillante,
y en consecuencia la más hermosa,
que he conocido jamás.

Que siento miedo cuando te veo pasar,
que mi corazón se detiene y quiere gritar,
que quizás seas un fantasma más,
que me retire y no mire atrás...

Que tenía estas letras atrancadas,
que por fin las pude sacar,
que no sé si las leerás,
pero que no las pude evitar.