Si estás leyendo esto, lo más seguro es que sepas quien soy. Es probable que yo no sepa quién eres, pero confío en que seas tú. Si no sabes quién soy, quizás pronto lo sepas.
Pero comenzar una presentación como se debe está muy visto.
Puedo decir que no nací donde crees que lo hice, sino mucho más cerca de lo que te gustaría. Quizás demasiado. Casi a tu lado.
No sé cuánto tengo. Quizás la misma edad que tú. Mi padre trabaja con el tuyo, y mi madre con la tuya. Creo que también comparten edades. ¿Y cómo estoy tan seguro si te dije que probablemente no sabía quien eras? Simplemente lo estoy. O quizás mentí antes. Quizás estoy mintiendo ahora. Quizás no. Pero, ¿qué más da?
También estoy seguro que así como trabajan juntos, nuestros padres morirán juntos; al igual que nuestras madres. Con algo de suerte, igual a nosotros mismos. Con un poco de infortunio, sin embargo, creceré más que tú, y seré eterno; o al menos, viviré mucho más.
Pero así son las cosas.
Suelo caminar a tu lado, ¿sabes? Antes jugabas conmigo. Hoy me ignoras de una forma dolorosa. Desde hace varios años, al menos. ¡Y si supieras qué tanto tengo para contarte! ¡Pero ni siquiera me miras! No... Hace años no lo haces.
Lo peor de todo el asunto es que casi siempre estamos juntos. Sólo en las noches más oscuras nos separamos. Me gusta volver a mi casa de vez en cuando. Las noches, en su calma -que es más fama que otra cosa, ¡habrase visto momento más activo que la noche!- me relajan y me permiten descansar. Trabajar contigo es duro, ¿sabes? Más estos últimos años.
Has subido de peso. No poquito, precisamente. Todos lo sabemos. Tus padres lo saben, y no te dicen nada porque se han rendido. Tus amigos lo saben, y no te dicen nada, porque no es su problema. Tu pareja lo sabe, y se ha propuesto dejarte por eso. Pero es mi deber decirte. Y ya que estamos, tampoco te queda bien tu nuevo corte de cabello. ¿En qué estabas pensando? ¿Sabes por qué soy yo quien te dice todo esto? ¡Porque me afecta! ¡Me afecta mucho! Y si sigues como vas no tienes tres años más de vida.
Pero eso ya te lo dijo tu mejor amiga. Ya te lo dijo tu pareja. Ya te lo dijeron tus padres. Y si ya te lo dijeron todos ellos, y no hiciste caso, ¿qué me vas a escuchar a mí, que sólo soy tu sombra?
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